En primer lugar, y pese a ser reiterativos, nos ratificamos en todos nuestros anteriores escritos. Lo dejábamos muy claro: la crisis no puede afrontarse con soluciones meramente legislativas, modificando leyes como la del taxi o reformando artículos del Estatuto de los Trabajadores o del convenio colectivo del taxi.
 
Los distintos taxistas conformamos empresas privadas de interés público, recibimos pocas, y hoy en día más bien ninguna subvención, por lo que ningún organismo público debería ponernos trabas a la libertad de trabajo o la de empresa. En resumen, no puede ni debe la administración cortar las alas a los emprendedores y al crecimiento de nuestros negocios con medidas que van siempre en la misma dirección: en contra de la libre competencia.
 
En realidad, en momentos de crisis económica global, y en consecuencia crisis que afecta también al taxista, no cabe duda de que somos una especie de sector refugio. En anteriores momentos duros para la actividad económica como lo fueron sin duda los días de los Pactos de la Moncloa, La Vanguardia me publicó una entrevista. En ella y, para plasmar la situación existente, pusieron como titular  En tiempos de crisis mucha gente acude al taxi”. Esta realidad de la industria del taxi, tanto para lo bueno como para lo malo, no podemos negarla.
 
Las soluciones ante esta situación, evidentemente, no pueden ser fáciles, pero debemos gastar todos los cartuchos que tenemos en nuestras manos, que no son pocos. Cartuchos, que en algún caso  parece que estamos tardando demasiado en disparar. Caso del aeropuerto, y más especialmente de la Estaciónde Sants o del Muelle Adosado, de los que no podemos sentirnos demasiado orgullosos ante  su deficiente funcionamiento. Respecto de carriles, paradas, ferias y congresos se podría mejorar la agilidad en las entradas y salidas de los correspondientes recintos y la velocidad comercial con el apoyo de las fuerzas del orden. No por reiterativo dejaré de insistir en la importancia de impulsar el Reglamento de emisoras o los vehículos de siete plazas; con ello se ganarían mercados y podríamos  mejorar nuestros mermados beneficios. Así se pidió en el último Consell del Taxi. En estos aspectos es en los que debemos volcarnos y no en impulsar políticas restrictivas y limitativas de la libertad de  empresa. Medidas de las cuales en diciembre podremos contrastar resultados y cuya eficacia consideramos que será más bien nula. Por ello, todo lo que huela a cortapisas o trabas para los  emprendedores y para la libertad de empresa intentaremos paralizarlo con todos los mecanismos legales a nuestro alcance, incluido el de acudir a plantear soluciones ante el Parlament de Catalunya  (caso por ejemplo del controvertido cupo fijado por la Ley del Taxi y aumentada su limitación por el Reglamento Metropolitano).
 
Igualmente acabamos de recibir de la UNALT el Anteproyecto de Ley de Metrología, el cual estudiaremos para presentar las alegaciones oportunas si se da el caso, ya que es pieza fundamental para un instrumento tan básico en nuestro trabajo como el taxímetro. Por último,  otro tema que consideramos esencial es el apoyar el taxi adaptado. Por ello, estamos estudiando El libro blanco del eurotaxi editado por la Fundación ONCE y VÍA LIBREGrupo FUNDOSA. En realidad,  esperamos que el nuevo equipo que se forme tras las elecciones retome con más fuerza todos estos temas. Tenemos el deseo añadido de que los nombrados partan del aprecio a esta profesión tan digna y no de premisas negativas de otras épocas ya superadas. No puede (y lo pongo como ejemplo) haber un destacado Ministro de Agricultura que no parta del respeto y aprecio por la agricultura y por las  gentes del campo.
 
En definitiva, la crisis que padecemos nos ha golpeado desde dos niveles diferenciados. Por un lado, la superación de antiguos modos de trabajo por la introducción de las nuevas tecnologías. Y por otro, la  crisis empresarial global del llamado primer mundo, es decir, de los países desarrollados.
 
Sólo con la adaptación a las nuevas tecnologías y a las diferentes y cada día más novedosas exigencias que nos demandan nuestros clientes, podremos seguir obteniendo unos beneficios últimamente mermados, pero que sin duda veremos aumentar de nuevo en cualquier momento. De eso se trata, y esa es la  finalidad última de este artículo y de los anteriores aquí publicados.
 

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Fuente: Revista Taxi

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